La tarta meringata es una tarta típica italiana, más bien del sur de Italia. Se compone básicamente de dos capas de merengue francés y de un relleno de nata, gotas de chocolate y merengue italiano. Se conserva en el congelador para mantener la crocanteza del merengue. Si la dejásemos en la neverla el merengue empezaría a tomar la humedad del relleno y acabaría por casi disolverse.
El relleno incluye merengue italiano además de la nata para así aportar una mayor cantidad de azúcar. Ya sabemos que podría bastar con el azúcar de las capas de merengue, pero el azúcar funciona como un descongelante y por ello se usa en el relleno. Si usásemos sólo un relleno de nata, el agua contenida en la nata formaría un bloque y sería muy difícil de comer. Al mezclar la nata con el merengue italiano obtenemos una especie de semifrío. Bastará sacar la meringata unos minutos antes de comer y estará perfecta, merengue crujiente y relleno en su punto.
Esta receta es una versión especial para San Valentín ya que no haremos la típica mezcla de merengue con nata. Esta vez haremos una tarta única que habrá que servir directamente tras su preparación. Haremos dos discos de merengue y un relleno de crema diplomática con pasta de avellanas o cacahuetes. Por supuesto, podéis cambiar el sabor de esta tarta. La crema diplomática es una mezcla de crema pastelera y nata. Podéis dar el sabor que queráis a vuestra crema diplomática siguiendo las indicaciones del siguiente post.
Cómo dar sabor o aromatizar la crema pastelera
Si os resulta muy engorroso hacer el merengue, podéis optar por comprar merengues ya hechos. Podéis romper a trocitos los merengues comprados e ir haciendo capas intercaladas de trozos de merengue y crema, todo en un molde forrado con papel de horno. Al demoldar la tarta, una vez fuera del congelador, os quedará una tarta igualmente buena.
Tiempo necesario: 3 horas
Iniciamos a montar las claras y en el proceso añadimos limón y sal. Cuando las claras estén casi montadas vamos añadiendo el azúcar poco a poco.
Hacemos dos discos de 20 cm como podéis ver en la imagen. También haremos pequeños merenguitos para la decoración final.
Colocamos la bandeja en la mitad del horno.
Es mejor dejarlos enfriar dentro del horno con la puerta medio abierta.
La crema diplomática es una mezcla de crema pastelera y nata. Empezamos con la crema pastelera. Mezclamos las yemas con el almidón y el azúcar y ponemos a hervir la leche. Cuando la leche empiece a hervir la vertiremos sobre la mezcla de yemas sin dejar de remover. Devolvemos toda la mezcla al cazo donde hervía la leche y seguimos removiendo hasta que la crema espese.
Añadimos la pasta mientras la crema pastelera esté aún caliente para que se disuelva bien. Otra opción sería añadir la pasta cuando ponemos la leche a hervir. He probado ambas opciones y da muy buen resultado ambas.
Si usamos gelatina en hoja debemos hidratarla antes en agua bien fría, si la usamos en polvo la podemos añadir directamente. Hay que asegurarse de que la crema está templada, si está fría la podemos recalentar en el microhondas por algunos segundos. La crema pastelera fría no incorporará bien la gelatina y formará grumos.
Si montamos la nata demasiado será más difícil de incorporar después y puede que nos quede con grumos.
Incorporamos la crema pastelera a temperatura ambiente poco a la nata semi montada. Haremos esta incorporación con cuidado para que la nata no pierda volumen.
Esta es la parte más divertida. Colocamos sobre el plato para servir un disco de merengue, hacemos puntos de la crema diplomática por encima con una manga pastelera. Si no tenéis manga pastelera podéis usar una bolsa de congelar con una esquina cortada o simplemente usar una cuchara. Espolvoreamos encima un poco del chocolate rallado y el siguiente disco de merengue. En la parte superior del disco de merengue decoramos con el resto de la crema diplomática, los pequeños merenguitos y el resto del chocolate rallado.
Sin más dilación podéis degustar esta tarta tan especial. Seguro no encontraréis una tarta similar en ninguna pastelería o negocio porque son difíciles de mantener. Sin duda una tarta muy delicada para un día digno de celebrar.
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