Las galletas amaretti sin unas galletas típicas italianas hechas a base de almendra y azúcar glass. Son duras por dentro y tiernas por dentro y están riquísimas.
Os traigo de nuevo una de esas recetas que nos encantan, las fáciles de hacer y que duran mucho en casa. Nos durarán mucho en casa no por que no estén bien buenas, sino porque se pueden conservar durante 1 o 2 semanas en una caja hermética sin problema. Yo diría que se pueden guardar por más tiempo aún, pero es verdad que con el tiempo se van endureciendo más. Nada que objetar a estas ricas galletas de almendra, son además sin glúten y sin lactosa ¡Mejor que las del súper!
Recién salidas del horno están tiernas, pero el resultado final es una galleta más bien dura por fuera y tierna por dentro. Son además muy nutritivas ya que tienen una gran cantidad de almendra. Su ingrediente principal es la harina de almendra, muy fácil de encontrar en supermercados tipo Mercadona. Si no tenéis a mano la harina de almendra, sólo tenéis que moler almendras sin piel en un molinillo o picadora hasta que se convierten en polvo. Nos ponemos a ello, espero que os guste.
Tiempo necesario: 30 minutos
Estas galletitas se hacen rapidísimo. En nada las tendrás listas para comer. Son además sin glúten y sin lactosa.
Montamos a velocidad alta con unas varillas o a mano. Debemos conseguir montar muy bien las claras.
Mezclamos la harina de almendra (podemos picar almendras sin piel si no tenemos harina de almendra), la levadura, la sal, la ralladura de limón y los 175gr. de azúcar glass.
Mezclamos muy bien hasta conseguir una masa. Será una masa más bien pegajosa.
Espolvoreamos la encimera con la 1/2 taza de azúcar glass extra y hacemos cilindos de unos 3 cm. de diámetro con la masa. El azúcar glass nos ayudará a que la masa no se peque.
Cortamos los cilindos en rodajitas de entre 1 y 2 centímetros y hacemos bolitas ayudándonos siempre del azúcar glass.
Horneamos colocando la bandeja en el centro del horno. El tiempo de horneado dependerá de lo grande que hayamos hecho las bolitas. A penas estén doradas las podemos sacar fuera del horno. No hay que esperar a que doren demasiado. Recordad que cuando se enfríen se volverán duras por fuera y seguirán tiernas por dentro.
Con estos pocos pasos, ya tenemos nuestras ricas amaretti listas para tomar. Espero que os haya gustado la receta y que la probéis en cuanto podáis.
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